martes, 15 de mayo de 2012

El Monstruo

La noción del tiempo es tan relativa, todo influye tanto, mientras para mi los minutos pasan como segundos para mis victimas los minutos pasan como horas.

Elijo a mis victimas estrictamente, deben ser personas que pasan inadvertidas entre la multitud, cabizbajas, generalmente con ropas grises, evitan las miradas y obedecen como tristes marionetas. No las odio, es más siento lástima por ellos, lástima de que vivan en un mundo gobernado por cerdos con dinero y es por eso que yo les libero de las ataduras de esta vida de mierda.
Lloran, gritan, me maldicen, pero en el fondo se que me lo agradecen. En su ultimo suspiro, cuando les libero con mis filos de metal de las ataduras de la vida, cuando su rostro se crispa de miedo y dolor, ahí es cuando noto que me lo agradecen, en su mirada perdida noto el brillo de gratitud que todo muerto le dedica a su asesino.
Ellos no lo comprenden, me tienen miedo, pero no deben.  Por eso me compadezco de ellos.
Soy un dios entre mortales.
Camino junto a vosotros, cruzamos miradas, en el metro, en los pasos de cebra, entre las poluciones de los coches y el humo de los cigarrillos. Sois un rebaño, seguís el camino sin mirar a los lados, vosotros y vuestra lúgubre rutina. Levantarse, ir a la oficina, volver a casa, ver la tele y volver a la cama, para que al día siguiente se repita la misma situación.
Yo os libero de vuestra maldición del tiempo eterno, de vuestra vida de tristes marionetas.
Soy un lobo disfrazado de oveja.

Vi a mi victima, la noche nos arropaba, el frío nos abrazaba, el viento nos susurraba.

Libéralo.
Era un hombre de metro ochenta, unos 90 kilos, traje de color gris, corbata negra y zapatos desgastados. Su mirada era cansada y vacía, debía salir de aquella condena llamada trabajo.
Condena impuesta por los de arriba, largas horas frente a una pantalla tecleando, lejos de la realidad, rodeados de informes sin terminar que se amontonan hora tras hora.
Le atrape por la espalda, con un pañuelo mojado de cloroformo. Le subí a mi camioneta.
Le lleve a mi garaje, lejos de miradas indiscretas.
Le desnude, le tumbe sobre la cama de metal y le aprisioné con cadenas, le amordazé la boca para que sus gritos no atrajeran a los curiosos.
Se despertó, parpadeó, me miró y reaccionó. Pataleó, intentó gritar, lloro, suplicó incoherencias.
No me moleste en explicarle que le iba a liberar de las ataduras de su condena. No lo entendería.
El trabajo, como siempre, fue impoluto. Con material quirúrgico le corte las extremidades, era necesario liberarse de las cadenas mediante al dolor, su sangre manaba por toda al mesa y goteaba el suelo.
Un rápido tajo en la garganta termino con sus sollozos y su constante movimiento.
Le liberé

Soy un dios entre mortales, un lobo en el rebaño, un cazador de almas en pena.

Pero me llaman monstruo. Quizás lo sea. Quizás sea un monstruo para vosotros.
Por no obedecer vuestras normas, porque vuestra moral no me afecta.
Pero... ¿Quien es más monstruo? ¿Yo por no ser como vosotros, por no obedecer vuestras leyes, por no darle valor a la vida? ¿O ellos? Ellos que os esclavizan, sin obedecer las leyes de la integridad humana, rebajando vuestra humanidad, conviertiendoos en zombis. Ellos tampoco obedecen la moral, ellos tampoco valoran la vida.
Pero ellos tienen el dinero que os controla, por eso yo soy el monstruo y ellos son adorados como el dios que yo debería ser considerado.

martes, 8 de mayo de 2012

Hombre.
Miedo. Carretera.
Velocidad. Cristales. Impacto.
Sangre. Muerte. Cuerpos. Miedo.
Ayuda. Luces. Sangre. Hombre. Carretera.
Dolor.Hospital. Más allá. Oscuridad. Sin sentido. Irreal. 

Calma.

Despertar. Llanto. Miedo. Irreconocible. Desconocidos. Desequilibrio. Dolor.
Hombre.
Tranquilidad. Salud. Recuperación. Instintos.
Depresión.
Miedo. Esfuerzo. Inutilidad. Dolor. Lecho. Oscuridad.
Despertar.
Comprender. Suspirar. Recordar. Oscuridad.

Calma.

GAME OVER