martes, 8 de octubre de 2013

El Mañana

La oscuridad se cernía sobre las calles y Jagger se quitaba sus cascos que resonaban canciones de Eskorbuto para mirar atrás, algo o alguien le seguía.
Se paro un momento para ajustarse las botas militares, se coloco bien los pitillos y la chupa y siguió, mientras se apartaba un mechón de su pelo negro azabache de la cara, se paso la mano por la sien. "Me tengo que rapar los lados pronto o la cresta dejara de notarse" pensaba él, mientras caminaba por las calles oscuras hacia su casa.

La presencia se hacia notar cada vez más y Jagger se comenzó a poner nervioso. Giró bruscamente en una esquina de un callejón y se escondió tras un contenedor de basura.
La luz de una farola dibujo en la pared del callejón una figura femenina que se acercaba a él.

-Deja de esconderte, maldita rata - dijo una suave voz infantil.
-Mierda, mierda, mierda... - maldecía Jagger para si mismo, mientras salia de su escondite - ¿Que quieres Jane?

Una chica disfrazada de animadora con colores verdes de camuflaje, dos coletas rubias, las mejillas pintadas con dos lineas paralelas de color oscuro y un par de escopetas recortadas colgando de su cintura, clavaba sus ojos verdes en los ojos oscuros de Jagger.

-¿Qué, qué quiero? - Jane miraba a Jagger fijamente - Pedazo de hijo de puta, dame lo que me has robado.
-¿Que? ¡Yo no te he robado nada!
-¡Claro que si sucia rata ladrona! - le espetó Jane desenfundando una de las escopetas recortadas y disparando a los pies de Jagger, que falló por pocos centímetros, haciéndole tropezar
-¡AAAAAH! ¡MALDITA PERRA PSICÓTICA! - gritó Jagger mientras se arrastraba con lagrimas en los ojos alejándose de aquella chica.

Un segundo disparo, seguido del silencio, acabó con la vida de Jagger. 

Jane se acercó al cuerpo sin cabeza que había manchado el callejón de sesos, metió la mano en el bolsillo de la chupa y sacó un pequeño cuaderno rosa, adornado con dibujos de gatos y un titulo que decía El Mañana.
-Este era mi diario, rata estúpida - dijo Jane escupiéndole al cadáver - Nadie juega con los secretos de Jane 

Y alejándose de la escena de crimen, al escuchar a lo lejos las sirenas de la policía, silbó la típica melodía de los circos.

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