viernes, 27 de abril de 2012

Lágrimas de Sangre

El viento aullaba en mi ventana, el frió arañaba mi alma, yo sentado en un sillón mohoso y viejo en una casa destartalada con ojeras y grietas de vejez.
Un trueno rugió a lo lejos y las gotas comenzaron a lamer los cristales.
Que la soledad me invada cual ejercito romano no significa que no sea feliz, simplemente estoy estático en mi propio universo, donde mi mente es mi fortaleza inexpugnable. Otro trago de alcohol barato y una calada de aquel cigarro que me envenenaba, me corroía por dentro, yo lo sabia pero no hacía nada, no es necesario.

Salí de aquella vieja casa, y ande sobre la hierba, escuchaba sus gritos de dolor, cada pisada mía las torturaba.
Llegue al asfalto, frió asfalto que susurraba los nombres de cuantos perecían en accidentes automovilísticos. 
Vi a una pareja discutir y romper, ví el dolor de sus corazones, como cuchillas candentes desgarrando las válvulas cardíacas.
Vi una familia que lloraba a la muerte, por su padre, por su marido, por su hermano, por su hijo, por su tío, por su sobrino, por su abuelo... tantas personalidades, tantos corazones partidos por el dolor, encerrados en un mismo ataúd, en un cuerpo inerte.
Vi la rabia de un hombre despedido por el gran empresario, vi su dolor, su ira, su corazón que bombeaba sangre hirviendo, su impotencia por no poder luchar contra los de arriba... mire arriba, vi a un empresario de traje y corbata, maletín y mocasines, vi su corazón... y no vi nada, solo un frío desierto de cristal inerte.

Llegue al cementerio, silencioso, perfecto para mi eterno descanso, mire atrás, vi toda una vida de dolor, el dolor de sufrir, el dolor de una muerte repentina, el dolor de amar, el dolor de la muerte de un ser querido, el dolor de perder, y me vi a mi mismo sufriendo el dolor de llegar al final y no haber disfrutado de cada instante, vi brotar lagrimas de sangre de mis ojos para luego bañar ríos de color carmesí en mi cuerpo desnudo, mutilado por el tiempo y despojado de toda vitalidad, enterrado en una fosa sin nombre, sin ser recordado, y sufriendo por jamas haberme revelado contra el tiempo y ahora mi alma ha muerto sin haber luchado.
Seguían corriendo lagrimas de sangre por mis mejillas blancas y esqueléticas, una sonrisa fue lo ultimo que le dirigí al mundo antes de verme envuelto en total oscuridad, una sonrisa sarcástica y manchada de dolor.
 

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