El automegusta, la paja del ego.
No te avergüences si eres de los que le dan me gusta a sus propias fotos en Instagram, cuando llevas suficientes como para que no se vea quien le ha dado, obviamente. Porque siendo números, y no nombres, ¿quién se va a dar cuenta?
O si eres de los que le dan me gusta a sus propios tweets, en pos de rellenar ese vació existencial provocado por pasar inadvertido entre la gran masa de conciencias que forman Internet. No te avergüences por darle me gusta a tus propios comentarios ingeniosos para intentar meterle chicha al asuntos y con suerte provocar alguna que otra interacción, con el objetivo de satisfacer tu propio ego claro.
No te avergüences porque los automegusta son al ego lo que la masturbación al libido. Nos ayuda a no cometer locuras como apuntarnos a eDarling. El automegusta nos ayuda a ser mejor persona, porque si no te quieres tu... ¿Quién te va a querer?
El automegusta siempre viene bien para equilibrar la balanza. Es decir, siempre viene bien porque 1000 likes se ve mas bonito que 999, ayuda al equilibrio y la simetría de las redes sociales. Es el yin y el yang de nuestras vacías vidas que aspiran a llamar la atención de los demás.
Y no te avergüences, es tu propia naturaleza. A fin y al cabo el ser humano es el mayor onanista de su soberbia por excelencia. Somos así, pajilleros de la arrogancia, como jodidos mandriles que en lugar de estimular nuestro órgano reproductores, estimulamos nuestra autoestima buscando el halago, el compañerismos y la confianza del resto. Siempre desde un punto de vista totalmente egoísta ya que lo único que buscamos es que se reconozcan nuestros méritos, y lo necesitamos. Y al igual que pasa con la masturbación, que esta mal vista, el que diga que no busca el reconocimiento ajeno por puro egoísmo. Miente. Todos lo hacemos, esta en nuestra naturaleza social.
Y yo digo si: ¡Si al automegusta!
¡Si a la masturbación del ego!
No estais solos, joder.
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