Ana ama a Aarón.
Le ama más que las abejas el volar, el alzar sus alas y abrazar las amapolas.
Ana ama a Aarón, pero Aarón ama a otra amada.
Ana a veces alza la mirada, anhelando abrazar a su amado Aarón y, amedrentada
su alma, inhala los aires de su caminar.
Ana ama a Aarón, pero él ya ama a Anastasia, la chica de la falda amarilla y
ataviada con ropas de gala.
Las cartas de amor escritas por Ana nunca serán entregadas a Aarón por falta de
valor y falta de confianza.
Ana ama a Aarón, pero Aarón jamás sabrá nada.
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