miércoles, 18 de marzo de 2015

Muñeco de trapo

Se siente tan frío el vacío de la soledad. Estoy al fondo de la estantería, polvoriento y abandonado, hace tanto que estoy aquí que ya ni lo recuerdo.

Soy un muñeco viejo, un objeto apartado. No soy más que la forma física de unos recuerdos olvidados. Me siento solo, ya no me agarras. No juegas conmigo ni me zarandeas.
Me deshilacho, mi relleno de algodón se me escapa entre las costuras descosidas de mi pecho.
No tengo corazón, nada late en mi interior. Pero echo de menos cuando jugabas conmigo.
Quiero volver a vivir, pero nunca he estado vivo. A pesar de que me ponías voz y alma cuando jugabas conmigo. No puedo moverme, no puedo respirar, no puedo tocar, no puedo sentir nada más que esta abrumadora soledad. Solo puedo observar el mundo mutable de mi alrededor con mis ojos de plástico. Ya casi no tengo color.

Me has olvidado, no has vuelto a pensar en mí. Pero me gustaría que recordaras esas veces que siendo un infante me lanzabas al techo y me hacías sentir volar.
Cuando jugabas conmigo, yo era un pobre soldado y tú el valeroso capitán.
Me abrazabas mientras dormías y las pesadillas te perseguían, pero si despertabas me mirabas y sabías que yo las espantaría. Quiero que me vuelvas a abrazar mientras duermes.
Quiero que recuerdes tu pasado, quiero que me recuerdes. Quiero que por un momento me agarres y ver en tus tristes ojos de adulto el brillo de la mirada de aquel niño que prometía que nunca me abandonaría.
Pero no me vas a escuchar, ¿verdad? Solo soy un muñeco de trapo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario