miércoles, 18 de marzo de 2015

Breve reflexión del día #2

Soy una persona a la que le agobia estar quieto, estático. Tengo claustrofobia mental, necesito estar siempre pensando y trabajando en algo nuevo. Quizás por eso me guste tanto escribir. Quizás por eso nunca termino un libro sin antes empezar uno nuevo. El término de las cosas, el final me aterra.
Por esta necesidad de estar siempre en movimiento, estar siempre en órbita al rededor del mundo de las Ideas de Platón, decidí comenzar un nuevo proyecto. Un concurso de microrrelatos. Para animar a los que, como yo, quieren que sus escritos sean leídos. Al fin y al cabo ¿ese es el objetivo de todo artista, no? Compartir su obra.
Y en el fondo se que hay algunos motivos egoistas, afan de gloria y reconocimientos. Pero somos humanos.
Sin embargo, estoy seguro de que encontrar una obra tuya a la vista de todos es uno de los mayores placeres de ser artista.



Y me agrada ver como en tan solo unas horas el concurso ya ha movilizado a algunos, me alegra saber que el "I Concurso de Microrrelatos #MicroOlorALibro" ha motivado a personas a escribir unas breves lineas.
Puede que a algunos os parezca poco. Que 123 caracteres no tienen relevancia alguna, que lo hace cualquiera. Pero con pocas palabras se empiezan las mayores historias.
Y debo decir, que escribir un microrrelato es mucho más difícil que escribir una novela. Al contrario que en una novela, aquí tienes un espacio limitado para tu imaginación. Y créeme, condensar un sentimientos en pocas palabras es una utopía.

Pero estoy feliz, que demonios. La gente se anima, el corazón de la literatura late cada vez que alguien decide escribir unas lineas.
Me alegra ver que el mundo no esta paralizado, que sigue girando. Siento un poco menos de miedo.

Con todo esto quiero decir que somos nosotros quienes movemos el mundo, todos somos importantes.

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