martes, 17 de marzo de 2015

Breve reflexión del día

A veces me gusta tomarme un momento para pensar en la gente y fauna de Internet. Sin duda opinar y hablar de una persona detrás de una pantalla, de manera anónima, le da valor al más cobarde.
Internet es al cobarde lo que el corazón del Mago de Oz al León. Creen que lo necesitan.
Pero a la vez el anonimato es su talón de Aquiles, ya que sin él pierden el coraje y vuelven a ser meros mortales.
Es curioso como a la gente le gusta humillar, insultar y difamar a otras personas solo con el objetivo de alimentar su ego y subir su autoestima.
Deben estar muy aburridos para llegar al extremo de llamar la atención de esta manera. Ganar esa batalla imaginaria que solo ocurren en sus cabezas es su pan del día a día.
Este ritual de egolatría es parte de la idiosincrasia de la fauna de Internet.


Está de más a estas alturas ofenderse por estos entes que dedican sus ratos libres a regurgitar improperios con afán de autocomplacencia. Si tratas de razonar con ellos, quizás de buscar una disculpa por su inapropiada forma de hablar sin saber, te atacaran con la excusa de su “derecho de expresión”

Y con esto termino ya mi breve reflexión. A todos los que ignoran que su libertad acaba donde comienza la de los demás solo tengo algo que deciros: Si, tienes derecho a hablar de lo que quieras y de expresarte. Pero yo tengo derecho a ignorarte, no te ofendas si tus comentarios son pasados por alto.


Seguramente, tú que lees esto, creas estar por encima de esta fauna. Pero créeme si te digo que en algún momento tú lo has hecho también.

No voy a pararme a juzgar a cada persona que emplea su tiempo en regocijarse en el insulto al prójimo. Es decir, ¿quién soy yo para criticar a los demás, si yo también baile la Macarena?

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